Todo acto tiene: origen, el acto en sí y las consecuencias del mismo; además, está enmarcado en un contexto.
Usar un cuchillo tiene su origen en la necesidad de usarlo, el acto en sí es el corte de lo haya que cortar y las consecuencias son diversas: para la persona que lo usa tendrá la satisfacción de su necesidad; pero, como ese acto está enmarcado dentro de un contexto, la acción tendrá también consecuencias en el mismo. Así: si el cuchillo es de la empresa donde trabajo y me limito a usar el cuchillo y simplemente satisfacer mi necesidad, es posible que deje el cuchillo sucio y en un sitio diferente a donde lo encontré. Si el encargado de cocina de la empresa se da cuenta que violaron su orden, es muy factible que me llamen la atención y tenga consecuencias depronto no agradables para mí. O, si el encargado de cocina permite que yo y los demás usemos sus utensilios y él se limite a organizar el desorden que los demás dejamos, ya esa es otra cosa; el encargado de cocina con su actitud nos está diciendo: usen y hagan lo que les de la gana, que yo estoy aquí para cerrar el ciclo que ustedes no cierran por ustedes mismos. Eso me puede llevar a mí a pensar y a actuar cada vez más de maneras perezosas, erróneas y acomodadas. «Si hay alguien que haga las cosas por mi, entonces, que ese otro las haga». Termino yo utilizando al otro, ya que ese otro se deja utilizar. Hasta tanto se de cuenta y cambie su actitud y así posiblemente cambiemos los demás.
Los asuntos pendientes, son aquellas acciones que empezamos pero no cerramos. Las dejamos a media marcha. Estar haciendo algo, sabiendo que tengo otros asuntos pendientes divide la atención y la conciencia, no estoy plenamente ni en lo uno ni en lo otro. Eso puede ocasionar estrés, angustia, culpa y desesperación, y lo peor, ocasionar desordenes psicosomáticos (dificultades que tienen su origen en nuestros comportamientos, en nuestras maneras de sentir, de pensar y de actuar); las costumbres indebidas en nuestra mente por asuntos no resueltos o pendientes nos pueden llevar a enfermedades en nuestro organismo.
Un asunto puede quedar pendiente si la acción no cierra el ciclo, si se limita sólo al contexto personal sin tener en cuenta al entorno social donde nos encontramos.
Gratitud es aquella actitud donde realizo acciones que me permiten satisfacer mis necesidades, pero cierro el ciclo dejando las cosas como las encontré, o adjuntando un valor agregado: dando algo a cambio por el favor recibido, unas gracias, un regalo de agradecimiento y tanto más si las dejo mejor de lo que las encontré. Gratitud es valorar desde mi interdependencia lo que los demás aportan a mi desarrollo. Lo contrario sería egocentrismo: sólo me intereso en lo mío hasta donde lo necesito, lo que no necesito, no me interesa, ya eso no es asunto mío, que otro lo resuelva.
El amor es como una mezcla de afecto y responsabilidad. Afecto cuando se satisfacen las necesidades del otro hasta tanto él aprenda a satisfacerlas por sí mismo. Responsabilidad cuando se le enseña al otro a valerse por sí mismo y exigencia cuando se es congruente con la enseñanza y se realizan acciones para que el otro se asuma a sí mismo desde sus condiciones, descubra sus cualidades y las potencie.
Cuando el amante sólo da amor afectivo y niega el amor responsable, crea una relación de dependencia: mi amor por tí es tan grande, que prefiero hacer lo que tú tengas que hacer por tí para protegerte, incluidas las consecuencias negativas de tus actos si te son adversas, o quizá para que cuando yo no me pueda valer por mí, tu te hagas cargo de mi. A su vez, el receptor del amor termina cerrando ciclos hasta su satisfacción personal y la responsabilidad social se la deja a su protector. Esta actitud de dependencia cuando se convierte en hábito, puede llevar al receptor a un aprendizaje existencial erróneo, puede considerar que así como lo trata su protector, lo tratarán los demás en la vida real. Eso crea frustraciones chocantes con la vida y corta las alas.
Un educador además de dar afecto enseñará con responsabilidad, capacitará con el objetivo de lograr que el niño – receptor se transforme en adulto – dador, capaz de asumirse a sí mismo, desde sí mismo y para sí mismo en la incertidumbre interdependiente de la vida y aprenda que sus intereses son tan valiosos como los de los demás y que sólo a través de esa aceptación pueda desarrollar una identidad sana que le permita comprometerse en responsabilidad social y acercarse a la generosidad trascendente donde el dar es independiente del recibir.
Excelente reflexion De el día a día que todos debemos aprender. Si bien son pasos para la superación, día a día se toma cada paso y se aprende. Son palabras simples y sencillas y a su vez muy profundas y complicadas para muchos.
Felicito a el autor.
Así es Will. El aprendizaje es la experiencia que nos permite crecer.
Muy interesante.
Sería correcto pensar que el éxito de los padres se mide en que tan exitoso son nuestros hijos??
Alejo. Gracias por compartir y cuestionar.
Cada ser humano es único, multidimensional (biológico, psicológico y social) y sistémico. Abordarlo implica la complejidad de evaluar la subjetividad.
Considero que la palabra éxito ha de estar relacionada con plenitud, con totalidad, con integración. Lo que uno hace con su vida y la forma en que uno integra su propia diversidad le da un sentido a su existencia. En nuestro paso por la vida, estamos influenciados por las diversidades, incertidumbres, variaciones y preguntas que la vida nos plantea, madurar más que tener éxito implica integrar la multitud de variables en una dirección existencial que nos indique el rumbo a seguir. Cuando nos apropiamos de ese sentido podríamos hablar de la plenitud que relaciono con éxito. Esa plenitud considero que se logra en la adultez. La infancia y la adolescencia son lapsos transitorios de aprendizaje donde vamos construyendo nuestra identidad.
Padres íntegros están dando pautas de integración a sus hijos como también en ocasiones de desintegración; los dispersos también dan pautas de separación como también en ocasiones de unificación . Así como los padres dan modelos, la sociedad también los está brindando y en ocasiones contradictorios. El gran reto de los padres hoy es dar lo mejor de sus posibilidades para que sus hijos afronten la diversidad compleja.
Totalmente de acuerdo. Es necesario fijarse en o objetivos concretos y alcanzarlos de la mejor manera posible dando lo mejor de uno. Luego mirar o trazarse otras metas.
Así es Elízabeth. Planear con objetivos, accionar para conseguirlos y evaluar o retroalimentar el resultado para mejorarlo.
Francisco, muy bien fundamentado y ejemplarizante tus apuntes reflexivos acerca de los asuntos pendientes, la gratitud y la dependencia.
Presentas con claridad la diferencia entre fenómenos ( hechos) físicos y fenómenos (hechos) psíquicos. Lo físico es el «yo exterior» y lo psíquico el «yo interior». Luego compaginas de manera pedagógica-cientifico lo FÍSICO ( el yo exterior) con lo PSÍQUICO ( yo interior) la integración de ambos fenómenos solo se logra con la primera educación recibida durante infancia a través de la autoridad paterna – materna bien dirigida, porque es durante la primera infancia cuando educamos «la voluntad»( Educar la voluntad de saber hacer).
Tus ejemplos ilustran maravillosamente la parte psicosomática del ser humano.
Agradecidos por brindarnos tan valiosa información.
Un abrazo desde Barranquilla. Colombia.
Agradecido contigo Norma. Tus comentarios son acertados. Si bien la educación en la primera infancia consolida las bases de la personalidad y las deficiencias en esta pueden afectar los desenvolvimientos futuros, la resiliencia, la plasticidad cerebral, la retroalimentación reflexiva y las acciones conscientes permiten revertir, desaprender y mejorar las condiciones de vida.
Excelente. La trascendencia y la generatividad tiene su partida en esto. En hacerse responsable de sí. Muy buena construcción.
Gracias Nátaly. Trascendencia y generosidad como capacidades que permiten ampliar la construcción de identidad al trascenderse a sí mismo y sus intereses y acoger al otro, a la especie y a la tierra como aldea global.
Gracias por tus actos y acciones de incentivar el crecimiento personal.
Gracias a ti Alex. Estamos en la motivación del crecimiento personal.
Muy de acuerdo contigo mi estimado Francisco en cerrar ciclos. Y empezar cerrando en acciones cotidianas y elementales. Muy buen punto de vista. Felicitaciones!!
Así es Carlos. Cerrar ciclos es resolver lo que necesito solucionar, dejarlos a medias o evitar remediarlos es aumentar la carga de los asuntos pendientes que nos enredan y bloquean.
Al leer tu texto Francisco, me remonto a errores cometidos por la dependencia creada en una relación y la importancia de cerrar ciclos. Excelente reflexión.
Gracias Alba. El aprendizaje existencial funciona por ensayo y error. Las equivocaciones nos permita evolucionar; nos brindan la oportunidad de:
– Reflexionar y retroalimentar acerca de los aprendizajes previos.
– Las posibilidades de incluir otras variables que no fueron incluidas en la interpretación que llevó a la acción errónea.
Cerrar ciclos implica reconocer que en lo ocurrido se vivió, se aprendió y se sigue aprendiendo; pero que ya no va más seguir en ese ciclo. Ahora hay que asumir otros ciclos con la experiencia que nos dejaron los previos.
Gracias Francisco por tu aporte espiritual, práctico y realista. Como un simple acto repetido nos está indicando de que manera abrimos ciclos que no cerramos, y como también, la diferencia entre amor afectivo y amor sin responsabilidad esta indicando muchos ciclos abiertos, que no se han cerrado por la inmadurez afectiva. Felicitaciones por tu valor de publicar y exponerlas a la crítica desde diferentes ángulos y puntos de vista que cada quien maneja. y mucha gratitud desde mi corazón por tu publicación.
Gracias Marha. Tus comentarios contribuyen al crecimiento y madurez personal y emocional. Un abrazo.