Resiliencia

La Resiliencia como manifestación de la Fuerza y el Poder Interior,
surge en el encuentro de las Identidades con sus entornos,
en especial cuando estos les son adversos,
permitiéndoles extraer lo necesario de sus Organismos,
para Responder de las maneras más Inteligentes,
logrando su Adaptación.

.

Manglar 1006-2003 DAZA

Por alguna razón resiliente (de resiliencia), las condiciones iniciales del universo dieron origen al cosmos que se expande a todo lo largo, ancho, alto y profundo del espacio – tiempo.

De la interacción de sus elementos básicos emergieron múltiples formas: radiaciones, partículas y vibraciones subatómicas, átomos, elementos químicos, moléculas, polvo, múltiples manifestaciones materiales (energéticas, gaseosas, líquidas y sólidas), planetas, estrellas, galaxias, huecos y otros más, en una diversidad cósmica que conforma el gran concierto universal al cual pertenecemos.

Por alguna razón resilente, el polvo, la radiación y el material cósmico se organizó en sistemas.  Así como en el microcosmos el material atómico conformó su sistema (átomo), donde persiste un núcleo diverso que se equilibra así mismo con otra diversidad que gira y salta sobre sí mismo y a su alrededor; y que además se abre a otros sistemas atómicos para conformar sistemas de orden superior (las moléculas), las cuales dan origen a la abundante manifestación material que perciben nuestros sentidos.  De manera análoga, en el macrocosmos se conformaron sistemas estelares, donde las estrellas (debido a la gravitación) se constituyeron en núcleos con gran masa que atraen hacía sí todo lo que encuentran a su alrededor; en cambio, los planetas en su afán de sobrevivir desde sí mismos no dejándose atrapar por estas inmensidades energéticas, empezaron a orbitar alrededor de ellas y sobre sí mismos y así recibir sus beneficios desde lejos.  De manera parecida a los sistemas atómicos, los sistemas estelares en toda su diversidad se unificaron y conformaron sistemas superiores (galaxias) que giran sobre su propio núcleo, conformados quizá por grades agujeros negros.

Por alguna razón resiliente, nuestro planeta tierra llegó a una órbita dentro de la franja llamada «zona habitable», en la cual las temperaturas planetarias son tales que puede existir agua líquida.  Debido a su interacción con el entorno, sus elementos químicos Hidrógeno, Carbono y Nitrógeno y más tarde el Oxígeno, llegaron a momentos importantes de resiliencia, de donde emergen los primeros vestigios de Vida: Según Oparín A (1922), en la atmósfera arcaica donde los procesos aleatorios en el medio acuoso, acompañado de los cambios climáticos y la acción volcánica forman la sopa primitiva, de donde emergieron los Coacervados, sistemas coloidales constituidos por macromoléculas que al evolucionar darían lugar, hace unos 3.900 millones de años, a las células (unidades básicas de Vida).

Por alguna razón resiliente, las unidades básicas vitales, las Células, que en principio fueron organismos unicelulares, en su afrontamiento a las condiciones cambiantes medioambientales, las llevó a asociarse para conformar los organismos pluricelulares que han evolucionado en toda la diversidad vital que puebla la faz de la tierra.  Unos organismos se dedicaron a extraer la energía necesaria para su supervivencia de la luz solar y los nutrientes en el agua y en la tierra: las plantas.  Mientras otros: los animales, se dedicaron a extraer la energía que fabricaron otros organismos vivos, alimentándose de ellos.

Para la naturaleza importa más la especie, la agrupación de organismos, que un sólo individuo en particular.  Así las distintas especies aprendieron a adaptarse en colectivo: los organismos más aptos, los que aprendieron en la interacción con el medio ambiente y sus vicisitudes, comprimieron la información significativa (la que sirve para su supervivencia) y la transmitieron a sus descendientes a través de sus genes.  Así, el colectivo aprende los mecanismos más óptimos para desarrollarse y defenderse, las nuevas generaciones traen desde su nacimiento la información adquirida por sus antepasados que les permite sobrevivir en su presente.  Así como los individuos se desarrollan en grupo, aprendiendo a través de su evolución como especie en la transmisión genética; también los individuos de una misma especie lo hacen culturalmente en su ciclo existencial, cuando los mayores transmiten a los menores, ya sea con el ejemplo o a través de sus lenguajes; como también, cuando comparten su hábitat con otras especies en una manera de intercambio mutuo, formándose así grandes superficies ecológicas de cooperación.

Los organismos pluricelulares al volverse más y más complejos, se vieron en la necesidad de dividir su trabajo; así al interior de cada organismo surgieron sistemas especializados: digestivo, circulatorio, óseo, inmune, etc., con sus propios órganos, y tejidos compuestos de células.  Ante la variedad de sistemas y funciones, surge la necesidad de que uno coordinara la totalidad organísmica, aparece así el sistema nervioso: como sistema receptor de la información proveniente tanto del exterior como del interior, procesarla y encontrar las mejores alternativas adaptativas para a través de su accionar se diesen las mejores respuestas.  A su vez, en ese interaccionar (organismo – entorno) constante, donde el ensayo y el error direccionan el sentido existencial de su supervivencia, la resiliencia como fuerza interior consistente, le permite al organismo por sí mismo recurrir a lo mejor de sí mismo, adquiriendo habilidades que le llevan por aproximaciones sucesivas a dar en el blanco.  Ese ejercicio continuo los hace competentes.  Los más aptos se adaptan y sobreviven, los menos aptos, tienden a desaparecer.  Los más capaces tienen la dicha de transmitir a sus futuras generaciones sus aprendizajes genéticamente.

En la evolución de los vertebrados, los reptiles fueron animales que se enfrentaron solos al mundo (mamá depositó sus huevos en la tierra y se olvidó de ellos), su sistema nervioso (Reptiliano) suministró las mejores respuestas instintivas básicas de desarrollo y protección heredadas de sus antepasados, que les permitió adaptarse sin o con mínima ayuda al mundo.  Ya en las aves y más en los mamíferos aparece la necesidad de agrupación para afrontar su mundo, la asociación como alternativa a unas condiciones medioambientales más complejas; en estos organismos, el sistema nervioso Reptiliano siguió dando sus respuestas impulsivas e instintivas de supervivencia, pero ahora la resiliencia de estos seres en evolución les permitió incorporar a su sistema nervioso otro elemento más complejo que lo complementó: el cerebro Paleomamífero de McLean o mamífero, el sistema límbico o cerebro emocional.  En las emociones el sentido del placer permitió a estos organismos más evolucionados identificar e identificarse por afinidad, por complemento o por intereses en común; lo que le era afín le atraía, le gustaba, iba en pro de su supervivencia; lo contrario, lo rechazaba, no le gustaba, iba en contra de su supervivencia.  Así, por necesidad adaptativa resiliente emergieron las emociones; fue a través de las emociones, a través del desarrollo del sentido del placer que los mamíferos se asociaron, se socializaron e iniciaron procesos culturales; se podría decir que le dieron gran relevancia al aprendizaje social adquirido y transmitido directamente de padres a hijos y de la manada, a depender menos del heredado.  Sus cambios corporales fueron significativos, de dejar sus huevos enterrados y esperar a que la madre naturaleza cumpliera su cometido existencial en los reptiles, ahora las aves ya los depositan en sus propios nidos fabricados por ellas mismas, más el cuidado posterior de sus crías; más tarde en los mamíferos, la incubación adquirió mayor relevancia, aumentó su tiempo y se dio totalmente dentro del cuerpo materno, lo que implicó lazos afectivos más fuertes, también el período de preparación para la autonomía de las crías aumentó.  Este paso resiliente importante se caracterizó por asumir ellos mismos en su presente la responsabilidad de su propio crecimiento individual y colectivo como organismos y como especie, dejando de depender en su totalidad de la información heredada, dando paso así a la emergencia de una evolución autónoma o cultural.

Cerebro trino

En el nuevo mamífero: el humano, ya equipado con un sistema nervioso heredado que trae consigo un cerebro instintivo y otro emocional, se da a la tarea resiliente de transformar su propio mundo para mejorar sus condiciones de vida, para ello se vale de elementos externos a él que le sirven como herramientas para modificar su entorno y ponerlo a su disposición (el resto de animales utilizan su propio cuerpo para transformar el contexto); bajo estas condiciones emerge el sentido de la conveniencia, donde se da cuenta (adquiere conciencia) que puede preservar su organismo y poner a su servicio lo que transforma de su contexto.  De una u otra forma adquiere conciencia de sí mismo y de lo otro.  Este ejercicio brindó capacidades autónomas mayores, la conveniencia dio sentido a su capacidad cognitiva, su creciente actividad pensante le ha permitido reflejar o esquematizar internamente lo que le rodea, preparándose anticipadamente en el procesamiento de la información recibida para la acción planificada; esto amplió sus horizontes, hasta el punto en que en la actualidad este ejercicio con escasa o nula conciencia de lo otro le puede estar llevando a la destrucción indiscriminada de su hábitat (la madre tierra).

El sentido de la conveniencia hace que de una u otra manera los esfuerzos cognitivos resilientes vayan dirigidos hacía aquellas acciones que representen un beneficio para el propio individuo: mi necesidad, y mi singular sentido de supervivencia hacen que Yo busque las condiciones para satisfacerla.  En segunda instancia, el sentido de conveniencia aunado al de asociación y pertenencia con los más allegados (familia, allegados o clan), hace que mi resiliencia y mis esfuerzos apunten a la supervivencia del grupo.  Trabajar y persistir por mi y mi clan se convierte en necesidad para la supervivencia de la especie humana.  Compito y persevero por lo mío y por lo de mi grupo; por lo que me conviene y conviene a mi clan.

Un sentido existencial implica desde donde y hacía donde.

¿Desde dónde? Identifica la necesidad.

¿Hacía dónde? Identifica un estado donde la necesidad a futuro estaría satisfecha, movilizando al organismo a su consecución.

Un sentido existencial también implica un con quién o para quién

Sí la búsqueda del ¿Hacía dónde? se limita al sólo Yo, estaríamos ante una dinámica de supervivencia individual; lo hago yo solo, desde mí y para mí, sin tener en cuenta a los demás.  Aquí lo que conviene, el sentido de conveniencia es egocéntrico, en solitario.

Sí la búsqueda del ¿Hacía dónde? se limita al Yo y su clan, estaríamos ante una dinámica de supervivencia social primaria:

  • Lo hago yo, desde mí, para mí y mi clan (sentido colaborativo);
  • Lo hago yo, desde mí, para mi clan (sentido altruista); o
  • Lo hago yo contigo y mi clan para beneficiarnos mutuamente (sentido asociativo).

Aquí lo que conviene, el sentido de conveniencia es asociativo, es en clan que se protege y se desarrolla.

Homo Sapiens evoluciona y aparece en el escenario terrenal hará unos 200.000 años.  Podríamos decir que su evolución desde la utilidad, el para quién, se mueve en las dinámicas de los párrafos anteriores, sus acciones resilientes apuntan a la satisfacción de necesidades personales y del clan.  Así, de cazadores – recolectores, pasaron a domesticar las plantas, hace su aparición la agricultura; después domestican animales para su protección y alimento; pasando por domesticar a congéneres de su misma especie para extraer su energía vital y ponerla a su servicio; hasta pretender domesticar grandes extensiones del planeta tierra para su servicio, sin llegar a medir las consecuencias para todos.

Desde la agricultura aprendimos que había que acumular y acumular para los períodos difíciles.  La historia humana se ha caracterizado por describir la acumulación.  Cada persona, cada clan, cada región, cada reino y cada país ha buscado sus propias maneras de acumular.  Acumular como acrecentar, aumentar y crecer.  Bajo este sentido acumulativo, que en ocasiones se vuelve insaciable y hasta adictivo, se han dado muchos avances tecnológicos, pero también, cometido las mayores barbaries del relato de la humanidad, causando grandes diferencias humanas y daños irreversibles a nuestra madre tierra y sus ecosistemas.

Es como si el humano estuviese aprendiendo de la dirección de su propia evolución, el sentido acumulativo, antropocéntrico e individualista podría ser el comienzo del sentido más primario de sus 200.000 años de existencia – CONCIENCIA Y SUPERVIVENCIA DE SÍ MISMO Y DE SU CLAN -, lo otro o los demás no me interesan, ese sería su problema, ellos sabrán como resolverlo.  Avanzar en un sentido más trascendente, implicaría – CONCIENCIA Y SUPERVIVENCIA DE SÍ MISMO, DE SU CLAN Y SU ESPECIE -, llegar a eso entrañaría cuestionar y romper con barreras raciales, culturales, religiosas, políticas y económicas, pero también sería incompleto, seguiría la amenaza sobre lo que no corresponda a la especie humana; es algo complejo, tener el sentir de que YO tengo los mismos derechos y posibilidades del otro, aunque no le conozca, aunque sea muy diferente en muchos aspectos, no es fácil desde la óptica actual.  Particularmente pienso que existen personas con ese nivel de conciencia que actúan conforme a ella.

Las actuales circunstancias de deterioro de la tierra como nuestra «Aldea Global» o nuestra «Madre Tierra», necesariamente han de llevar a la humanidad a un aceleramiento de la evolución y toma de conciencia en cada ser humano o las posibilidades de la supervivencia se verían cada vez más afectadas.  Llegar a un nivel evolutivo, donde los seres humanos estén en equilibrio con todos sus congéneres, las demás especies y los recursos planetarios, sería lo ideal: – CONCIENCIA Y SUPERVIVENCIA DE MÍ MISMO, DE MI CLAN, MI ESPECIE, LAS DEMÁS ESPECIES VIVAS Y EL PLANETA EN SU TOTALIDAD -.

Llegar a un nivel de conciencia de este tipo, implica en primera instancia, romper con los mecanismos que perpetúan la exclusión.  La realidad actual mundial se da por el hecho en como unos pocos clanes tienen el poder económico y político, controlan naciones y organismos internacionales y terminan haciendo lo que sus intereses les pidan; y al gran resto de la población que se ve obligada a intercambiar su fuerza de trabajo por lo que las reglas del mercado o de los poderosos le puedan dar.  Entre estas dos franjas totalmente opuestas y en contradicción, surgen segmentos poblacionales que permiten que tales condiciones se sigan generando y persistiendo; todo esto a cambio de un pago mayor de los poderosos por su servicio: políticos, militares y religiosos entre otros, serían sus aliados.  El poder militar y político serviría al económico, siempre y cuando esté bajos sus órdenes y en contraprestación, reciba a cambio un buen pago.

La historia humana ha sido el relato de los enfrentamientos entre congéneres bajo diversas circunstancias, en gran parte debido a la lucha por los bienes terrenales y económicos y en otras, bajo aspectos políticos y luchas por adquirir mejoras en sus derechos.  Los negros lucharon contra formas esclavistas de sumisión y racismo, lucha en la que hubo derramamiento de sangre.  Las mujeres también lucharon con muchas muertes a bordo, por reivindicar sus derechos.  Hasta que lograron que en las leyes se abolieran ciertas formas de esclavismo y sumisión.  Una cosa es lo que está escrito en el papel y otra lo que se aplica en la realidad, donde hoy día se siguen percibiendo diferentes formas de exclusión.

Desde el 2019, Latinoamérica inició un proceso comunitario, donde se ha cansado de las imposiciones de las élites económicas y políticas y ha salido a las calles a manifestarse contra todas las diferentes formas de opresión; las nuevas generaciones ya no tragan entero, tienen un pensamiento crítico más agudo, entienden que es lo mismo TU que USTED y no le tienen miedo a las barreras culturales y no dan por sentada cualquier información, la sopesan, la comparan, se asesoran revisando diferentes medios y eso les permite sacar sus propias conclusiones.  Tales manifestaciones se vieron opacadas por los efectos de la pandemia.  En los actuales momentos, Colombia ha estado dando un ejemplo ante el mundo, y ha dicho basta, ya no más, rompiendo todas las barreras y los impedimentos de pandemia, desde el miércoles 28 de abril 2021 se ha lanzado a un paro indefinido con manifestaciones en todas las ciudades y con los diferentes estamentos sociales, donde se ha presentado una represión por parte de la policía, con varios muertos ya a bordo, donde los demás países y organizaciones no gubernamentales están pendiente a lo que suceda, en una especie de S.O.S Colombia.

Los Derechos de los excluidos se obtienen en las luchas, no por el buen obrar de sus gobernantes, ellos sólo atienden a las élites que los mantienen en el poder político.

La acción nos brinda mayores oportunidades de aprendizaje, evolución y crecimiento personal.

6 comentarios sobre “Resiliencia

    1. Gracias Pacho magnífico ese trabajo está bien explicado de que como el ser humano busca de su fuerza interior su bienestar y es lo que sucediendo hoy en día, el secreto está encontrarse uno mismo y el cósmico se impregna en el ser las lecturas de las diferentes lecturas de nosotros como seres y saca a flote ese potencial guardado en uno de la resiliencia desde que éramos microorganismos y que evoluciónaron hasta llegar a lo que somos, la máxima de la creación del cósmico en este planeta, por eso hay que respetar la vida de las plantas y animales porque son seres en evolución cada uno de nosotros hemos pasado en múltiples formas de vida hasta llegar a lo máximo de la creación «el humano* y como seres humanos seguimos evolucionando en nuevas reencarnaciones hasta llegar a la maestría y seamos seres ascendidos como fueron el maestro Jesús, Mahoma, Krisnha, Einstein, Newton, Tesla que llegaron a tener conciencia Cósmica.

  1. Gracias por compartir tus elucubraciones. Lo cierto es que como individuos no somos una sola voz. Desde lo biológico o cultural no percibimos la misma «realidad», y en lo psicológico la relacionamos con conceptos y juicios de valor. Los hechos acaecidos recientemente en el panorama mundial han tenido la capacidad de mostrarnos que parecieran ser verdades idénticas, pero resultan ser abruptamente distintas. En fin, dentro de esa «resiliencia» no somos personajes planos. Tenemos una constante discusión interna.

    1. Interesante tu aporte Lina. Contemplas lo biopsicosocial y muestras como cada uno lo percibe, haciendo una síntesis del panorama mundial, dónde verdades que parecieran ser idénticas, pero a la vez diferentes, que nos llevan a un permanente diálogo interno. Un abrazo.

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